RENDIMIENTO Y ENTRENAMIENTO EL ENTRENAMIENTO DE LA FUERZA EN LOS DEPORTES DE EQUIPO
.
Resumen
El entrenamiento de la fuerza es una
práctica asumida ya en la mayoría de
las disciplinas deportivas. De todas las
manifestaciones de la fuerza, la explosividad
o capacidad de generar fuerza
en un breve periodo de tiempo, parece
ser la más importante en la mayoría de
los deportes de equipo.
Existen diversos métodos para la mejora
de la potencia, pero no está claro
cual de ellos es el más apropiado.
Este artículo intenta aportar información
sobre las siguientes cuestiones:
• ¿Se debe entrenar con pesos elevados
o con poco peso?
• ¿Cuál es la importancia de la velocidad
de movimiento en el entrenamiento
de la potencia?
• ¿Hasta qué punto es importante la
especificidad en el entrenamiento?
• ¿Cómo se debe repartir el trabajo de
fuerza a lo largo de la temporada?
Estas y otras cuestiones se analizan
desde el enfoque de la fisiología del
ejercicio, basándose en investigaciones
realizadas en este campo.
Debido a las características de los deportes
de equipo, la capacidad de repetir
acciones de elevada intensidad durante
un periodo de tiempo prolongado
también es importante, aunque este artículo
hace referencia únicamente a
métodos de entrenamiento para mejorar
la capacidad de potencia en una sola
acción (ej.:. salto o lanzamiento) o en
varias acciones durante un tiempo breapunIs,
Educaci6n Físico y Deportes 1996 (43) 55·62
En conclusión, y teniendo en cuenta la información analizada, creemos que debe mantenerse un cierto nivel de entrenamiento de fuerza durante el periodo de transición para evitar principalmente, reducciones en la masa muscular. Este entrenamiento debe ser de elevada intensidad, pero el volumen y la frecuencia pueden ser inferiores al de los otros dos periodos del ciclo anual de entrenamiento (tabla 2). El tipo de ejercicios a utilizar serán básicamente de carácter general, aunque también se deberían incluir algunos movimientos específicos (saltos y desplazamientos rápidos) para evitar un empeoramiento en el rendimiento deportivo específico (Fleck & Kraemer, 1987).
El entrenamiento de la fuerza representará una parte muy pequeña del volumen total de entrenamiento durante esta fase debido a que deberemos prestar más atención a la capacidad de resistencia ya que ésta se pierde a un ritmo superior al de la fuerza durante periodos en los que no se entrena. apwds, EduIOtión físilO y Deportes 1996
RENDIMIENTO Y ENTRENAMIENTO
F. Preparatoria F. Competitiva F. Transición Frecuencia 3-4 1-3 1 cada semanales semanales 10 días Tipo General! Específico General espedfico Objetivo Fuerzo Potencio Mantenimiento móxima espedfica Carga 80-95 % max. Peso ± 15-20% Variable Énfasis Hipertrofio Coord. intra e Mantener los inter-muscular adaptaciones Tabla 2. Distribuci6n del trabajo de fuerza o lo largo de la temporada ADAMS, K , O'SHEA, J.P., O' SHEA, KL. & CLIMSTEIN, M. (1992) "The effect of six weeks of squat, plyometric and squat-plyometric training on power production". J. Appl. Sport Sei. Res. 6:36-4l. BEHM, D.G. & SALE, D.G. (1993) "Intended rather than actual movement velocity determines velocity-specific training response". J. Appl. phys. 74:359-368. BOBBERT, M. (1990) "Drop jumping as a training method for jumping ability". Sports Med. 9:7-22. CAIOZZO, V.J., PERRINE, 1.1. & EOOERTON, V.R (1981) "Training-induced alterations of the in vivo force-velocity relationship of human muscle". J. Appl. Phys. 51:750-754. COLL!, R & FAINA, M. (1985) "Pallacanestro: ricerca sulla prestazione". Rivista di Cultura Sportiva, Sds, 2, 22-29. COYLE, E.F., FEIRlNG, D.C., ROT!as, T.e., CoTEIII, R.W., ROBY, F.B., LEE, W. & WILMORE, J.H. (1981) "Specificity of power improvements through slow and fast isokinetic training". J. Appl. Phys. 51:1437-1442. DUCHATEAU, J. & HAlNAUT, K. (1984) "Isometric or dynamic training: differential effect on dynamic properties ofhuman muscle". J. Appl. Phys. 56:296-30l. EWING, J.L., WOLF, D.R., RooERs, M.A., AMuNDSON, M.L. & STULL, G.A. (1990) "Effects of velocity of isokinetic training on strength, power and quadriceps muscle fiber characteristics". Eur. J. Appl. Phys. 61 :159- 162. FLECK, S. & KRAEMER, W. (1987) Designing resistance training programs. Illinois: Human Kinetics. GRAVES, J.E., POLLOCK, M.L., LEGGETT, S.H., BRAITH, R.W., CARPENTER, D.M. & BISHOP, L.E. (1988) "Effect of reduced training frequency on muscular strength". Int J. Sports Med.9:316-319. GOLLNICK, P. &BAYLY, W. (1986) "Biochemical training adaptations and maximal power". In JONES, N_, MCCARTNEY,N., & MCCOMAS,A. Human Muscle Power. IlIinois: Human Kinetics. HAKKINEN, K., KOMI, P.V. & TESCH, PA (1981) "Effect of combined concentric and eccentrie strength training and detraining on forcetime, muscle fiber and metabolic characteristics of leg extensor muscles". Scand. J. Sports Sci_ 3:50-58. HARRE, D., & HAUPTMANN, M. (1990) "La rapidez y su desarrollo" . Revista de Entrenamiento Deportivo, 4 (4), 2-9. HETTINGER, T. (1966) "Isometrisches muskeltraining". Thieme. Stuttgart. HORTOBAGYI, T., HOUMARD, J.A., STEVENSON, J.R., FRASER, 0 .0 ., JOHNS, R.A. & ISRAEL, RG. (1993) "The effects of detraining on power athletes". Med. Sci. Sports Exerc. 25(8):929-935. KANEHISA, H. & MIYASHITA, M. (1983) "Effect of isometric and isokinetic muscle training on static strength and dynamic power". Eur. J. Appl. Phys. 50:365-371. KANEKO, M., FUCHIMOTO, T., TOJ!, H. & SUEI, K (1983) "Training effect of different loads on !he force-velocity relationship and mechanical power output in human muscle" . Scand. J. Sports Sci. 5:50-55
El presente artículo complementa uno
escrito con anterioridad y dedicado al
entrenamiento de la resistencia en deportes
de equipo (López de Viñaspre,
1993).
Palabras clave: potencia, entrenamiento,
velocidad, rendimiento
deportivo.
Aspectos generales
La fuerza es una capacidad que ha
sido clasificada en la literatura bajo
diferentes parámetros (fuerza máxima,
explosiva, isométrica, isocinética,
etc.). A pesar de que algunos deportistas
necesitan desarrollar un alto
nivel de fuerza máxima, la principal
manifestación de la fuerza en deportes
de equipo hace referencia a la
capacidad de potencia.
La potencia se puede definir como la
máxima cantidad de trabajo o de tensión
que un músculo puede desarrollar
por unidad de tiempo (Gollnick
& Bayly, 1986). La fórmula de la
potencia es: trabajo/tiempo o fuerza
x velocidad.
A pesar de que esta definición lleva
implícito un concepto de velocidad
en el movimiento, es necesario diferenciar
entre "velocidad de contracción",
que hace referencia a la velocidad
con la que se genera tensión
intramuscular, y "velocidad externa
de movimiento". De hecho, varios
55
estudios (Mueller & Buehrle, 1987;
Mueller & Schmidtbleicher, 1987)
han demostrado que no existen diferencias
en el proceso de activación
muscular entre contracciones isomé-
tricas realizadas de forma explosiva,
y contracciones concéntricas de tipo
balístico. Estos autores encontraron
una alta correlación (r=0,83) en la
velocidad en el incremento de la fuerza
(Rate of force development RFD)
entre una contracción isométrica y
una concéntrica
.
Otros autores (Vitasalo & Aura,
1984) han encontrado correlaciones
significativas entre la velocidad con
la que se alcanza un alto grado de
tensión intramuscular en una contracción
isométrica y el rendimiento
en el gesto deportivo.
Por lo tanto, la dinámica o velocidad
externa del movimiento, no es siempre
un fiel indicador de lo que ocurre
a nivel muscular, ya que contracciones
realizadas a velocidad lenta (con
pesos elevados) pueden estar requiriendo
la activación de muchas unidades
motoras (UM) en un corto espacio
de tiempo, tal y como ocurriría
en una contracción concéntrica de
tipo explosivo (p.e. un detente vertical).
Como veremos más adelante, es muy
importante entender este concepto para
poder definir las estrategias a seguir en
el entrenamiento de la fuerza con nuestros
deportistas.
Los factores principales que influyen
en la capacidad de potencia son:
1. La fuerza máxima: máximo nivel
de tensión intramuscular alcanzado
en una contracción.
2. El RFD: activación máxima del
mayor número posible de UM por
unidad de tiempo.
3. La coordinación intramuscular:
activación sincronizada de las
UM.
56
4. La coordinación intermuscular:
habilidad de contraer los músculos
agonistas y sinergistas y relajar
los antagonistas de forma sincronizada.
La velocidad de movimiento con cargas
ligeras depende principalmente del
RFD, mientras que la velocidad de movimiento
con cargas pesadas está más
vinculada a la fuerza máxima (Duchateau
& Hainaut, 1984).
Mientras que la fuerza máxima depende
del área o sección transversal del
músculo y del grado de desinhibición
(supresión de factores inhibidores en la
realización de contracciones máximas
voluntarias) que el sujeto puede alcanzar,
el RFD depende del número de
UM activadas, de su frecuencia de estimulación
y de las características contráctiles
de las respectivas fibras musculares.
La mayoría de acciones que dependen
de la potencia en deportes de equipo,
hacen referencia a: saltos de diferentes
formas, desplazamientos cortos con
cambios de dirección y velocidad, y
lanzamientos. Aunque estas acciones
representan únicamente el 20-25% del
tiempo total de un partido (Colli &
Faina, 1985), tienen una gran influencia
en el resultado final del encuentro.
Se invierte más tiempo en acciones de
baja y media intensidad, pero la mayoría
de estas acciones no son relevantes
en el desarrollo del juego, ya que corresponden
a situaciones de poco peligro
en las que el jugador se encuentra
lejos del balón.
Factores fisiológkos limitantes
La producción de potencia en movimientos
de tipo explosivo depende directamente
de las características del
sistema de inervación y de las propiedades
contráctiles y elásticas del sistema
tendinoso-muscular (Schmidtbleicher,
1992), al igual que de la sincronización
tanto a nivel intramuscular
como entre los diferentes grupos musculares
que intervienen de una forma u
otra en el gesto deportivo (Gollnick &
Bayly,1986).
Dentro de las propiedades contráctiles
del músculo, hemos de considerar
no solo el tipo de fibra muscular, sino
también la actividad A TPasa de la
miosina y la calidad del retículo sarcoplasmático,
que es el responsable
de regular los movimientos del Ca2
+
en la célula. Algunos autores han sugerido
que el entrenamiento puede
mejorar estos dos parámetros (Duchateau
& Hainaut, 1984).
La energía necesaria para una acción
explosiva proviene de las reservas de
ATP-PCr en el propio músculo. A
pesar de que el hecho de aumentar las
reservas de ATP-PCr y glucógeno en
el músculo no tendrá ningún efecto
positivo en la realización de un solo
salto, sí que puede tener un efecto
positivo en situación real de juego, ya
que la disponibilidad de estos substratos
está dismiriuida por la sucesión
de acciones a lo largo de un partido.
La disponibilidad de substrato noserá considerada en este artículo ya
que no es un factor limitante en la
realización de un solo salto, y pertenece
más a lo que sería el trabajo
específico de resistencia.
Las adaptaciones que se deben buscar
para la mejora de la potencia a través
del entrenamiento, han de incidir sobre
los factores fisiológicos limitan tes de
la siguiente manera: aumentar el área
o sección transversal de los músculos
agonistas, aumentar la habilidad de activar
más UM con una mayor frecuencia
de estimulación, aumentar la sincronización
entre UM, aumentar la activación
del reflejo de estiramiento y
mejorar la coordinación de los grupos
musculares sinergistas y antagonistas
con relación a los agonistas (Y oung,
1993).
Métodos de entrena.iento
Fase preparatoria
Durante esta fase será necesario alcanzar
el nivel de fuerza conseguido durante
la temporada anterior o incluso
superarlo.
En la primera parte de esta
fase los ejercicios tendrán un carácter
general y el objetivo principal será conseguir
mayores niveles de fuerza má-
xima ya que ésta es la capacidad básica
a partir de la cual se debe desarrollar la
potencia. Resultados de varios estudios
parecen indicar que el entrenamiento
con cargas elevadas, además de producir
un aumento del área transversal,
produce un aumento paralelo de la capacidad
de desarrollo de potencia má-
xima (Gollnick & Bayly, 1986).
Por lo tanto, uno de los objetivos principales
durante este periodo es producir
una cierta hipertrofia muscular con
un aumento de la fuerza máxima. Para
conseguir esto, se utilizan cargas cercanas
a la máxima (85-95%) en 3 ó 4
series de 5-8 repeticiones para cada
apunIs, Educod ó. fí,¡co y Deportes 1996 (43) 55-62
RENDIMIENTO Y ENTRENAMIENTO
grupo muscular. El tiempo de recuperación
entre serie debe ser de aproximadamente
3 minutos (Hettinger,
1966; Tschiene, 1975; Fleck & Kraemer,
1987).
La duración de esta fase general del
entrenamiento dependerá básicamente
de los años de entrenamiento que el
deportista haya realizado. Con deportistas
que lleven entrenando pocos
años y que necesiten conseguir niveles
de fuerza superiores a los de la temporada
anterior, es recomendable que se
realicen 3-4 entrenamientos de fuerza
a la semana durante un periodo de 6-8
semanas.
Estos sistemas destinados a
la hipertrofia muscular no se suelen
realizar durante periodos más prolongados
ya que resultados de varias investigaciones
indican que después de
9-12 semanas de entrenamiento el in~
cremento en la mejora de fuerza disminuye
drásticamente.
Deportistas que han estado entrenando
durante varios años y han conseguido
ya niveles buenos en el componente de
fuerza máxima durante las temporadas
anteriores, no necesitan un volumen
tan grande de trabajo de la fuerza general
durante el periodo preparatorio
debido a que el volumen necesario para
recuperar el nivel de fuerza previamente
conseguido es aproximadamente la
mitad del volumen necesario para desarrollar
este nivel de fuerza por primera
vez (Kuznetsov, 1984). Estos deportistas
altamente entrenados solo necesitarán
3-4 semanas de este tipo de
entrenamiento para conseguir resultados
óptimos en lo referente a la fuerza
máxima.
Una de las funciones más difíciles del
preparador físico es la de valorar hasta
qué nivel se deben desarrollar cada una
de las capacidades que necesita el jugador,
y cómo se deben coordinar los
diferentes tipos de trabajo. Aunque
este tema se escapa de los objetivos del
artículo, si creemos importante hacer
una breve mención.
Si desarrollamos excesivamente la
fuerza máxima, podríamos estar perjudicando
otras capacidades. Aunque
no todos los estudios muestran resultados
similares, algunos de ellos han
encontrado una disminución en la capacidad
de resistencia con entrenamiento
de fuerza máxima debido a
una reducción en el volumen mitocondrial
con respecto al área muscular, una disminución del índice de
mitocondrias/miofibrillas y una menor
densidad capilar (MacDougall,
1986; Fleck & Kraemer, 1987).
Después de este primer periodo de
trabajo general, tenemos que desplazarnos
progresivamente hacia ejercicios
más específicos, para facilitar la
transferencia de las mejoras de fuerza
al movimiento de competición y para
producir mayores adaptaciones a nivel
neuromuscular (Morrissey et al.,
1995).
Parece evidente, si analizamos la literatura
existente, que es necesario incluir
una fase de hipertrofia muscular
previa al entrenamiento específico de
la potencia.
Sin embargo, lo que no está
tan claro es si deben seguir realizándose
entrenamientos de este tipo (con pesos
elevados y a velocidades de movimiento
lentas) durante los siguientes
periodos de la temporada, y si este tipo
de entrenamiento tiene un efecto positivo
o negativo sobre la potencia.
Varios estudios han encontrado una
adaptación específica de la fuerza en
función de la velocidad de ejecución
con ejercicios de tipo isocinético
(Caiozzo et al., 1981; Ewing et al.,
1990; Kanehisa & Miyashita, 1983;
58
Narici et al., 1989; Coyle et al., 1981).
Según estos estudios, los mayores incrementos
en la potencia ocurrieron a
velocidades cercanas a la de entrenamiento,
mientras que a velocidades superiores,
las adaptaciones fueron mínimas.
Esto significaría que para mejorar
la fuerza explosiva necesaria para el
salto o la carrera, se debe entrenar a
velocidades elevadas.
Sin embargo, otros estudios (Duchateau
& Hainaut, 1984; Hakkinen et
al., 1981; Kaneko et al., 1983) han
demostrado que el entrenamiento con
pesos elevados, no solo produce mejoras
en la fuerza máxima, sino que
también aumenta la velocidad de movimiento
(principalmente cuando la
resistencia es elevada), la potencia
(igualo más que con cargas ligeras)
y la altura en el salto, produciendo
además hipertrofia en las fibras de
contracción rápida.
Estos estudios
sugieren que la fuerza es una capacidad
que responde mejor al entrenamiento
que la velocidad. Por este motivo,
el entrenamiento con cargas elevadas
debería ser más efectivo que el
entrenamiento que incide sobre la velocidad
para la mejora de la potencia.
y oung (1993), en una reciente revisión
sobre el tema, concluyó que el entrenamiento
con cargas elevadas produce
diferentes adaptaciones a nivel neuromuscular
que el entrenamiento con cargas
ligeras (tabla 1), por lo que los dos
métodos deberían utilizarse para conseguir
el máximo rendimiento. Este enfoque
ya fue analizado por Adams et
al. (1992), en un estudio en el que se
pudo ver que la altura de vuelo en un
test de detente vertical mejoraba entrenando
sentadillas con pesos elevados
(3,3 cm) y entrenando con ejercicios
pliométricos (3,81 cm), pero los mejores
resultados se obtuvieron con una
combinación de estos dos métodos
(10,67 cm).
Por lo tanto, hemos de trabajar tanto el
componente de fuerza como la coordinación
intermuscular para mejorar el
rendimiento en movimientos de carácter
explosivo como el salto o el esprint.
Sin embargo, deportistas con una larga
experiencia, pueden tener ya un nivel
de coordinación muy elevado, por lo
que se beneficiarán más de un trabajo
destinado a incrementar la potencia
muscular (Bobbert, 1990). Esto suele
ser cierto con movimientos muy sencillos,
pero es más improbable con movimientos
complejos en los que interviene
la manipulación de un móvil y la
toma de decisiones. Por este motivo cuando intentemos mejorar la coordinación
intermuscular con deportistas
de alto nivel, hemos de intentar, en la
mayoría de los casos, que el movimiento
tenga una complejidad similar a la
que se da en situación real de partido.
Un aspecto muy importante a tener en
cuenta es que cuando se trabaje con
pesos elevados, se debe pedir al deportista
que realice la contracción lo más
rápida y explosiva posible, aunque la .
velocidad de movimiento sea lenta, ya
que es el intento, más que la propia
velocidad de ejecución, lo que producirá
adaptaciones específicas para la
mejora de la fuerza explosi va (Behm &
Sale, 1993). Este método de entrenamiento,
además de producir adaptaciones
a nivel nervioso similares a las que
se producirían con el entrenamiento a
alta velocidad, tiene la ventaja de provocar
la hipertrofia de fibras de contracción
rápida debido a los altos niveles
de tensión generados. Esta hipertrofia
muscular tendrá un efecto positivo
sobre la fuerza explosiva, especialmente
en aquellos movimientos en los
que se deba desplazar una carga considerable
(saltos o esprints).
Debemos incluir también en esta fase,
ejercicios de tipo pliométrico para mejorar
el RFD en movimientos de tipo
excéntrico-concéntrico.
Estos ejercicios
deben practicarse cuando el deportista
esté descansado, ya que las
exigencias a nivel del sistema nervioso
son altas.
Los ejercicios específicos que se pueden
realizar en este último periodo de
la fase preparatoria se dividen en tres
grupos: ejercicios con cargas superiores
al propio peso corporal, ejercicios
con el propio peso corporal, y
ejercicios con reducción del peso corporal.
La utilización de ejercicios con
cargas superiores al peso corporal o
con reducción del propio peso, está
limitada por la necesidad de mantener
la estructura interna y externa del moapw¡ts,
Educoción Físico y Deportes 1996 (43)55.62
RENDIMIENTO Y ENTRENAMIENTO
vimiento deportivo. Saltar con sobrecargas
ligeras incidirá sobre el componente
de fuerza (coordinación intramuscular)
de este movimiento explosivo,
mientras que saltar con mecanismos
que ayuden a reducir el peso que
deben desplazar las piernas, desarrollarán
el componente de velocidad (coordinación
intermuscular) dentro del
propio movimiento. Sobrecargas del
orden de 15-20% del peso corporal
(Kuznetsov, 1984) y reducciones del
propio peso del orden del 15% (Harre
& Hauptmann, 1990) permitirán mantener
la estructura del salto o del esprint.
Algunos estudios (Wilson et al.,
1993; Kaneko et al., 1983) han obtenido
considerables mejoras en los
tests de detente vertical y esprint en
30 m, con entrenamiento pliométrico
con sobrecargas del orden del 30% de
la carga máxima. Los autores de estos
estudios aconsejan el entrenamiento
con esta sobrecarga porque es la que
produce la máxima potencia mecánica
(figura 1).
La coordinación intermuscular es otro
factor importante que afecta a la capacidad
de generar potencia en movimientos
específicos, y solo se puede
mejorar cuando el ejercicio se realiza a
la misma velocidad que en situación
real de competición o a velocidades
superiores (Kuznetsov, 1984). Para
asegurar altas velocidades de movimiento
sin modificar el peso corporal,
podemos reducir el número de repeticiones,
aumentar el tiempo de descanso
entre series, reducir la distancia en
los esprints, u otros métodos. Aunque
la motivación suele ser menor en el
entrenamiento que durante la competición,
si evitamos la acumulación de
fatiga, el deportista será capaz de reproducir
e incluso superar la velocidad
de competición en movimientos específicos
durante la sesión de entrenamiento.
Por ejemplo, para facilitar altas
100
OL-__ ~ ____ ~~~~
30
VELOCIDAD (%)
100
90
60 ~
$
U
z
~
30 2
Fig.
1. Curva de fuerza-velocidad
(a) y potenda-velocidad
(b)
en la musrulalura humana.
La fuerza está expresada en %
de la máxima tensi6n producida en una
conlraui6n isométrica
velocidades en el salto, tenemos que
dejar suficiente tiempo de descanso entre
cada 3 ó 4 saltos y también tenemos
que aseguramos que el deportista está
descansado al inicio de la sesión de
entrenamiento. Otro método para mejorar
la velocidad es saltar desde pequeñas
alturas. Estos ejercicios aceleran
la fase excéntrica del movimiento
creando gran cantidad de energía elástica
que facilitará la fase concéntrica y
permitirá que se alcancen alturas má-
ximas de vuelo.
Deportistas entrenados
y con gran fuerza elástica, alcanzan las
mejores alturas de vuelo en ejercicios
de este tipo (Schmidtbleicher, 1992).
Tenemos que ser cuidadosos con este
tipo de ejercicios porque si aumentamos
la altura de caída demasiado, el
movimiento se relentizará y la estructura
del salto puede sufrir importantes
modificaciones.
Fase competitiva
El objetivo durante esta fase es mantener
los altos niveles de potencia alcanzados
al final de la fase preparatoria y
obtener el rendimiento óptimo en los
periodos más importantes de la fase
competitiva
El factor tiempo es uno de los más
importantes en esta fase al entrenar a
deportistas de élite, y este es el motivo
por el cual no podemos perder
tiempo entrenando la potencia o cualquier
otra capacidad más de lo que es
necesario para conseguir el rendimiento
óptimo en ese deporte especí-
fico. El mayor énfasis del entrenamiento
durante esta fase en deportes
de equipo está en elementos técnicos
y sobre todo tácticos. Es muy importante
buscar ejercicios que no solo
mejoren la capacidad de potencia,
sino que también incidan sobre otros
aspectos del rendimiento al mismo
tiempo (técnica/táctica).
Es importante recordar que el volumen
de entrenamiento necesario para
mantener un cierto nivel de fuerza es
inferior al necesario para desarrollarlo
(Kuznetsov, 1984). Los resultados
de diferentes estudios indican que el
volumen de trabajo de fuerza durante
esta fase debe ser 1/3 a 1/4 el volumen
utilizado en la fase preparatoria
para deportistas de alto nivel que han
estado entrenando varios años, y
aproximadamente 1/2 para deportistas
de nivel inferior que no han tenido
tantos años de entrenamiento serio.
El número de sesiones semanales
destinado al entrenamiento de la potencia
variará, por lo tanto, de un
jugador a otro dependiendo de sus
características individuales y del nivel
de entrenamiento. Algunos deportistas
de élite pueden necesitar
únicamente una sesión cada semana
o cada 10 días, mientras que jugadores
de menos nivel pueden necesitar
2 ó 3 sesiones semanales. Tenemos
que recordar que durante esta fase
competitiva muchos equipos juegan
por lo menos un partido a la semana,
y el partido por sí solo constituye un
estímulo de alta calidad e intensidad
para conseguir muchas adaptaciones
fisiológicas.
60
Durante esta fase hay que seguir utilizando
métodos de trabajo con cargas
elevadas buscando contracciones lo
más explosivas posibles (aunque la velocidad
externa del movimiento sea
lenta) para mantener la hipertrofia de
las fibras de contracción rápida conseguida
anteriormente, y para mejorar la
coordinación a nivel intramuscular.
Del mismo modo, el volumen de trabajo
con cargas ligeras irá en aumento
durante esta fase.
Los ejercicios que se
utilicen deben ser lo más específicos
posible con relación al gesto técnico
que se desea entrenar, ya que lo que se
busca principalmente con este tipo de
ejercicios es mejorar la coordinación
intermuscular para transferir al gesto
de competición las mejoras conseguidas
en los parámetros que condicionan
la potencia.
Fase de transidón
El objetivo principal durante esta
fase es el de prevenir el deterioro de
los parámetros menos estables de la
capacidad específica de la fuerza. No
menos importante es el realizar un
trabajo compensatorio en aquellas
zonas y grupos musculares menos solicitados
a lo largo de la temporada;
esto permitirá que el deportista siga
"creciendo" sin desequilibrios que
pondrían un techo más bajo a su rendimiento
deportivo, a la vez que aumentaría
el riesgo de lesiones. Con
una misma intención profiláctica, y
aunque no hablemos propiamente de
este tema, aquellos grupos musculares
a los que se les ha exigido más,
habrá que trabajarlos con estiramientos
y otros métodos que faciliten su
recuperación. Este periodo también
puede utilizarse para enseñar a los
deportistas algunos aspectos higiénicos
relacionados con el deporte,
como por ejemplo la necesidad de
una dieta adecuada, la importancia
del descanso, etc.
Algunos estudios han evaluado los
efectos de la inmovilización sobre el
músculo humano y han constatado un
descenso en el área total de fibra muscular
de aproximadamente un 40% en
un periodo de 6 semanas (Mac Dougall
et al., 1980). Esta atrofia muscular
se debe principalmente a una disminución
en el tamaño de las fibras
tipo 11 (Hortobágyi et al., 1993).
La inmovilización no es una situación
común para la mayoría de deportistas
durante la fase de transición, y
estos estudios no nos dicen nada sobre
la intensidad, el volumen o la
frecuencia de entrenamiento necesarios
para prevenir descensos importantes
en la fuerza.
Otros estudios han demostrado que
cuando el entrenamiento cesa por
completo o se reduce considerablemente,
las ganancias obtenidas
en la capacidad de fuerza disminuyen
a un ritmo mucho menor al requerido
para mejorarlas. Estos estudios también
indican que es posible mantener
las mejoras de fuerza con un volumen
de entrenamiento muy pequeño
(Fleck & Kraemer, 1987; Graves et
al., 1988).
Al igual que ocurre con
algunos parámetros relacionados con
la resistencia (V02 max), existe la
posibilidad de que la intensidad del
entrenamiento sea más importante
que el volumen y la frecuencia a la
hora de evitar reducciones importantes
en la potencia muscular. No debemos
olvidar que una elevada intensidad
es imprescindible para evitar una
atrofia selectiva de fibras tipo 11.
Existe una pobre correlación entre el
descenso en el tamaño de la fibra muscular
y el descenso en la capacidad de
producir fuerza después de un periodo
de inmovilización (Mac Dougall,
1986). Esto significa que otras adaptaciones
(principalmente aquellas ocurridas en el sistema nervioso) pueden
tener un papel muy importante en la
capacidad de generar fuerza máxima.
Las alteraciones en la fuerza después
de los primeros meses de inactividad
son relativamente pequeñas. Parece ser
que la fuerza ganada durante el periodo
de .entrenamiento puede ser mantenida
casi por completo durante periodos de
hasta seis semanas sin entrenar, y aproximadamente
el 50% de la fuerza se
puede mantener después de un año sin
entrenar (Wilmore & Costill, 1988).
Sin embargo, no sabemos si hay otros
parámetros, como por ejemplo la coordinación
intermuscular, que pueden ser
más sensibles a la falta de entrenamiento,
lo que significaría una disminución
en la eficiencia del gesto deportivo a
pesar de que los niveles de fuerza muscular
no hubieran disminuido significativamente.
En conclusión, y teniendo en cuenta la información analizada, creemos que debe mantenerse un cierto nivel de entrenamiento de fuerza durante el periodo de transición para evitar principalmente, reducciones en la masa muscular. Este entrenamiento debe ser de elevada intensidad, pero el volumen y la frecuencia pueden ser inferiores al de los otros dos periodos del ciclo anual de entrenamiento (tabla 2). El tipo de ejercicios a utilizar serán básicamente de carácter general, aunque también se deberían incluir algunos movimientos específicos (saltos y desplazamientos rápidos) para evitar un empeoramiento en el rendimiento deportivo específico (Fleck & Kraemer, 1987).
El entrenamiento de la fuerza representará una parte muy pequeña del volumen total de entrenamiento durante esta fase debido a que deberemos prestar más atención a la capacidad de resistencia ya que ésta se pierde a un ritmo superior al de la fuerza durante periodos en los que no se entrena. apwds, EduIOtión físilO y Deportes 1996
RENDIMIENTO Y ENTRENAMIENTO
F. Preparatoria F. Competitiva F. Transición Frecuencia 3-4 1-3 1 cada semanales semanales 10 días Tipo General! Específico General espedfico Objetivo Fuerzo Potencio Mantenimiento móxima espedfica Carga 80-95 % max. Peso ± 15-20% Variable Énfasis Hipertrofio Coord. intra e Mantener los inter-muscular adaptaciones Tabla 2. Distribuci6n del trabajo de fuerza o lo largo de la temporada ADAMS, K , O'SHEA, J.P., O' SHEA, KL. & CLIMSTEIN, M. (1992) "The effect of six weeks of squat, plyometric and squat-plyometric training on power production". J. Appl. Sport Sei. Res. 6:36-4l. BEHM, D.G. & SALE, D.G. (1993) "Intended rather than actual movement velocity determines velocity-specific training response". J. Appl. phys. 74:359-368. BOBBERT, M. (1990) "Drop jumping as a training method for jumping ability". Sports Med. 9:7-22. CAIOZZO, V.J., PERRINE, 1.1. & EOOERTON, V.R (1981) "Training-induced alterations of the in vivo force-velocity relationship of human muscle". J. Appl. Phys. 51:750-754. COLL!, R & FAINA, M. (1985) "Pallacanestro: ricerca sulla prestazione". Rivista di Cultura Sportiva, Sds, 2, 22-29. COYLE, E.F., FEIRlNG, D.C., ROT!as, T.e., CoTEIII, R.W., ROBY, F.B., LEE, W. & WILMORE, J.H. (1981) "Specificity of power improvements through slow and fast isokinetic training". J. Appl. Phys. 51:1437-1442. DUCHATEAU, J. & HAlNAUT, K. (1984) "Isometric or dynamic training: differential effect on dynamic properties ofhuman muscle". J. Appl. Phys. 56:296-30l. EWING, J.L., WOLF, D.R., RooERs, M.A., AMuNDSON, M.L. & STULL, G.A. (1990) "Effects of velocity of isokinetic training on strength, power and quadriceps muscle fiber characteristics". Eur. J. Appl. Phys. 61 :159- 162. FLECK, S. & KRAEMER, W. (1987) Designing resistance training programs. Illinois: Human Kinetics. GRAVES, J.E., POLLOCK, M.L., LEGGETT, S.H., BRAITH, R.W., CARPENTER, D.M. & BISHOP, L.E. (1988) "Effect of reduced training frequency on muscular strength". Int J. Sports Med.9:316-319. GOLLNICK, P. &BAYLY, W. (1986) "Biochemical training adaptations and maximal power". In JONES, N_, MCCARTNEY,N., & MCCOMAS,A. Human Muscle Power. IlIinois: Human Kinetics. HAKKINEN, K., KOMI, P.V. & TESCH, PA (1981) "Effect of combined concentric and eccentrie strength training and detraining on forcetime, muscle fiber and metabolic characteristics of leg extensor muscles". Scand. J. Sports Sci_ 3:50-58. HARRE, D., & HAUPTMANN, M. (1990) "La rapidez y su desarrollo" . Revista de Entrenamiento Deportivo, 4 (4), 2-9. HETTINGER, T. (1966) "Isometrisches muskeltraining". Thieme. Stuttgart. HORTOBAGYI, T., HOUMARD, J.A., STEVENSON, J.R., FRASER, 0 .0 ., JOHNS, R.A. & ISRAEL, RG. (1993) "The effects of detraining on power athletes". Med. Sci. Sports Exerc. 25(8):929-935. KANEHISA, H. & MIYASHITA, M. (1983) "Effect of isometric and isokinetic muscle training on static strength and dynamic power". Eur. J. Appl. Phys. 50:365-371. KANEKO, M., FUCHIMOTO, T., TOJ!, H. & SUEI, K (1983) "Training effect of different loads on !he force-velocity relationship and mechanical power output in human muscle" . Scand. J. Sports Sci. 5:50-55
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